por Rick Boxx
Hay una enfermedad que afecta el lugar de trabajo y que recibe poca atención, pero es devastadora. Esta «enfermedad» es el chisme, y es la práctica de repetir y esparcir información despectiva, degradante y, a menudo, engañosa sobre otras personas. Destruye relaciones, daña la moral de los empleados y puede envenenar cualquier ambiente de trabajo.
El chisme era un deporte para Jennifer, una de mis empleadas al principio de mi carrera empresarial. En las reuniones con ella, cuando aparecían los nombres de otras personas, a menudo mencionaba algo negativo que, según ella, esa persona había dicho sobre mí. Varias de mis relaciones se tensaron debido a sus chismes. Después de que la despidieron, descubrí que muchos de sus comentarios eran mentiras destinadas a verse mejor.
Por mucho tiempo he apreciado la sabiduría que el apóstol Pablo ofreció esta instrucción: «No empleen un lenguaje grosero ni ofensivo. Que todo lo que digan sea bueno y útil, a fin de que sus palabras resulten de estímulo para quienes las oigan» [Efesios 4:29 NTV]. Aquí hay cuatro ideas basadas en este pasaje y otros para ayudarnos a protegernos contra los chismes:
1. La primera es: Evita las palabras insanas. Hace algún tiempo participé en una entrevista de radio conducida por alguien que no es un creyente. Después, un amigo me preguntó cómo me fue en la entrevista. Empecé a criticar el estilo del locutor de radio. Luego, el Espíritu de Dios me convenció de que mis comentarios eran malsanos y potencialmente dañinos, lo que afectaba la credibilidad del locutor de radio. Por lo que prometí cuidar mi lengua en el futuro.
Detener los chismes en el lugar de trabajo comienza con nosotros mismos protegiendo nuestra lengua de palabras malsanas. Como enseña el libro de Proverbios: «El que cuida su boca y su lengua se libra de muchos problemas» [Proverbios 21:23 RVC].
2. La segunda idea es: Que tus palabras edifiquen. Usemos nuestras palabras para hacer crecer a las personas, en lugar de derribarlas con comentarios negativos. Recientemente, un buen amigo me preguntó si conocía a un Sr. Mills de un antiguo empleo que tuve. Recordé que el Sr. Mills me había contratado acabando de egresar de la universidad. Lo que más recordé fue cómo me edificó y afirmó, incluso persuadiéndome a hacer con entusiasmo cosas en las que no tenía ningún interés.
Como enseña la Carta a los Romanos: «Deberíamos ayudar a otros a hacer lo que es correcto y edificarlos en el Señor». Si desea protegerse contra los chismes, entrénese para edificar a otros, no para derribarlos [Romanos 15:2 NTV].
3. La tercera idea es: Solo di las palabras necesarias. Hace años, serví en la junta de una nueva escuela. Un día, un padre molesto llamó después de escuchar varios rumores sobre el liderazgo de la escuela. ¡Descubrimos que la fuente de los rumores era una madre chismosa que exageraba las historias desproporcionadamente!
Santiago 3:8 observa indica que «nadie puede domar la lengua. Es maligna e incansable, llena de veneno mortal» [NTV]. Para protegerse contra los chismes y las palabras dañinas, hable solo lo que sea necesario en el momento.
4. La idea final es: Gracia. El empleado que registraba nuestras compras decía palabras duras y ofensivas a mi esposa, Kathy. Cuando le señaló la ofensa, Kathy se encontró con indiferencia, por lo que presionó al empleado para que reconociera el comportamiento inapropiado. Sin embargo, al llegar a casa, Kathy dijo: «Necesito volver a la tienda y disculparme con ese empleado». Regresó y trajo gracia a una situación tensa.
Como dice Colosenses 4:6: «Procuren que su conversación siempre sea agradable y de buen gusto, para que den a cada uno la respuesta debida» [RVC]. Sazonar nuestro discurso con gracia evitará herir los sentimientos y protegerá contra la difusión de chismes.
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PREGUNTAS DE REFLEXIÓN/DISCUSIÓN
1. ¿Cómo definirías a los «chismes»? ¿Puedes dar un ejemplo reciente que hayas escuchado?
2. ¿Alguna vez has sido blanco o víctima de los chismes de alguien? ¿Cómo fue esa experiencia y cómo te afectó? ¿Cómo respondiste?
3. ¿Puedes pensar en algún momento en el que te involucraste en chismes sobre otra persona, tal vez para «contribuir» a una conversación con amigos o compañeros de trabajo? Si es así, ¿tuviste dudas sobre lo que dijiste y por qué lo dijiste?
4. ¿Por qué crees que es tan tentador difundir o participar en chismes sobre otras personas? En comparación, ¿cuánto esfuerzo requiere adoptar el enfoque opuesto: decir solo palabras que edifiquen, eleven y mejoren las relaciones? Explica tu respuesta.
NOTA: Si tienes una Biblia y te gustaría leer más, considera los siguientes pasajes:
Proverbios 4:24, 10:19-21,32, 11:13, 12:18,23, 15:2,7,23,28; 1
Las versiones bíblicas usadas en El Maná del Lunes están indicadas por sus siglas:
- Reina Valera Revisión 1960 (RVR)
- Nueva Traducción Viviente (NTV)
- Nueva Versión Internacional (NVI)
- Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
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