Por Sergio Fortes 

Uno de los pilares tradicionales del mundo empresarial y profesional es la agenda. En éstas, no solo se registran las citas, las tareas y las actividades diarias, sino también reflejan las principales áreas de énfasis del empresario y del ejecutivo, pone en evidencia las demandas a las que debe responder y la importancia que se le otorga a cada una. 

En la mente de muchos líderes, tener una agenda ocupada es una señal de estatus, un reflejo de su propia importancia. Una vez traté de contactar a un destacado orador para programar una charla para una organización en la que estaba involucrado, ¡y un asistente de él me informó que su agenda estaba completa para los próximos cinco años! ¡El mundo podría ser otro para ese entonces! 

No es raro, por ejemplo, tener que esperar meses para obtener una cita con el médico. Esto suele ser una realidad para profesionales destacados y competentes. Sin embargo, a veces me pregunto si un horario apretado e inflexible es el mejor camino hacia el éxito. 

Pensar en esto trae a mi mente una agenda asombrosa, quizás la agenda más importante de todos los tiempos: la de Jesucristo durante Su tiempo en la Tierra. Como líder, se enfrentó a grandes exigencias y desafíos todos los días, desde el amanecer hasta el anochecer. La gente venía de muchos kilómetros de distancia para escuchar Sus palabras de aliento, Sus enseñanzas y buscar ayuda personal o familiar. 

Al leer la historia de Jesús en la Biblia, se hace evidente que su tiempo libre era escaso. El tiempo para una comida tranquila, un momento de descanso o para la reflexión personal debe haber parecido un lujo. Para mantener Su tiempo para la meditación personal y para pasar tiempo a solas orando a Su Padre celestial, Jesús usó las primeras horas de la mañana. 

Aparentemente durmió muy poco. El momento en que un sueño profundo se apoderó de Él durante una fuerte tormenta, mientras que la barca en la que se encontraban Él y Sus discípulos se balanceaba sin control, lo mostró vencido por la fatiga. Sin embargo, cuando observamos cómo Jesús interactuaba con las personas que encontraba durante el transcurso de cada día, lo vemos no esclavizado a las exigencias de una agenda diaria. De alguna manera, Jesús siempre encontraba tiempo para las personas que le traían sus necesidades a Él. 

La forma en que manejó Su agenda, especialmente Sus prioridades, fue evidente en los días posteriores a Su resurrección, relatados en el capítulo 24 del Evangelio de Lucas, en el Nuevo Testamento. A medida que se difundió la noticia de que Jesús había resucitado de entre los muertos, al tercer día después de Su crucifixión, ciertamente hubo muchas personas interesadas en saber qué sucedería a continuación. El rey Herodes, el gobernador romano Poncio Pilato, los líderes religiosos, sus discípulos, su madre, María y María Magdalena se encontraban entre los que tenían una curiosidad especial sobre este evento único e increíble. Sin duda, todos estaban ansiosos por verlo. 

Pero Jesús tenía otros planes. En el día más trascendental de la historia, tomó el camino a Emaús, bajo el calor del sol del mediodía, y caminó unos 11 kilómetros, casi seis millas, y pasó más de dos horas con dos de sus discípulos para ponerlos al día sobre lo que había pasado. Estos dos hombres, regresaban a su pueblo llenos de tristeza, tras la muerte de Jesús. No sabemos sus nombres, pero creo que nos simbolizan a ti ya mí. 

En nuestro propio y muchas veces doloroso camino de la existencia, cuando pensamos que no tenemos más valor, nuestros sueños parecen terminados y nuestras expectativas frustradas, el Señor del universo nos da la máxima prioridad en Su agenda. 

Si te sientes excluido, marginado y olvidado de la agenda corporativa, recuerda esta promesa de Jesús: «…Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo» [Mateo 28:20 RVC]. Nunca lo olvides. Siempre habrá lugar para ti en la agenda de Cristo. 

Sergio Fortes es consultor en negocios estratégicos corporativos, coach y mentor. Como miembro de CBMC en la ciudad de Sao Paulo, Brasil, ha coordinado la traducción de Monday Manna al portugués durante más de 20 años. Está comprometido con la Gran Comisión de Jesucristo: hacer discípulos. 

 

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PREGUNTAS DE REFLEXIÓN/DISCUSIÓN 

 

  1. ¿En qué medida tu agenda personal determina tu comportamiento durante un día laboral típico?

 

  1. ¿Has conocido a personas cuyas agendas están tan llenas que no tienen tiempo para interacciones no programadas con empleados e incluso con amigos? ¿Cómo crees que podría evitarse, o incluso debería ser una preocupación? Explica tu respuesta.

 

  1. Se ha dicho: «Si quieres que algo se haga, debes hacerlo tú mismo». ¿Puedes ver algún problema o falla con ese tipo de perspectiva?

 

  1. ¿Qué podemos aprender de cómo Jesucristo manejó sus agendas y horarios diarios, en todo caso? ¿Encuentras Su ejemplo relevante para el mercado del Siglo XXI? ¿Por qué sí o por qué no?

 

NOTA: Si tienes una Biblia y te gustaría leer más, considera los siguientes pasajes: 

Proverbios 15:23, 22:11; Eclesiastés 3:1-8; Efesios 5:16, Colosenses 4:5; Tito 3:14 

Las versiones bíblicas usadas en El Maná del Lunes están indicadas por sus siglas: 

  • Reina Valera Revisión 1960 (RVR) 
  • Nueva Traducción Viviente (NTV) 
  • Nueva Versión Internacional (NVI) 
  • Traducción en Lenguaje Actual (TLA) 

 

 Maná del Lunes ® es una reflexión semanal de CBMC/CPEC (Comité de Profesionales y Empresarios Cristianos) – Conectando los “Negocios” del mercado y de Cristo, organismo internacional, sin fines de lucro y vínculos religiosos, fundado en 1930 con el propósito de compartir el Evangelio de Jesucristo con la comunidad profesional y empresarial.  

© 2022 – DERECHOS RESERVADOS. Traducción y solicitudes en español al E-mail: lcervino@yahoo.com distribución gratuita en su totalidad. Su reproducción se permite con los créditos adecuados. También disponible en alemán, Inglés, Italiano y Japonés, solicitarla a www.cbmcint.com