Por Jim Mathis
Siendo yo una persona creativa por naturaleza, siempre me han interesado muchas formas de arte, incluyendo ir a ferias de arte y de artesanía para ver muchos ejemplos de creatividad individual. Lo que he encontrado en esos eventos ha cambiado mucho a lo largo de los años.
Las ferias de arte y artesanía comenzaron a surgir en los EE. UU. en las décadas de 1960 y 1970. La mano de obra en aquel entonces a menudo dejaba mucho que desear. Casi todo podría llamarse «artesanía». El sistema de aprendizaje tradicional prácticamente había desaparecido, por lo que las personas que querían hacer manualidades tenían que desarrollar sus habilidades por su cuenta. La oportunidad de aprender eran limitadas; como también lo era la calidad de las herramientas disponibles.
Sin embargo, desde entonces, las herramientas para hacer objetos de madera, vidrio, cerámica y muchas otras cosas han mejorado dramáticamente. Ahora podemos asistir a talleres o seminarios, en vivo y en línea, para aprender lo que queramos. El resultado ha sido un asombroso nivel de calidad en exposiciones de arte y ferias artesanales. Los joyeros, alfareros y carpinteros aficionados o de medio tiempo están produciendo hermosos objetos que eran inimaginables hace 50 años. Lo mismo ocurre con otras artesanías como la escultura, la fotografía y la pintura.
Esta búsqueda de la calidad también se ha trasladado a los productos manufacturados. Las cámaras, los televisores, los electrodomésticos y los automóviles han mejorado en casi todos los sentidos durante los últimos 10 años. He tenido muchos autos en mi vida, y cada uno de los últimos tres o cuatro vehículos fue el mejor que tuve hasta ese momento. Y mi auto más nuevo es mejor que cualquiera de ellos. Lo mismo ocurre con mi cámara fotográfica actual.
La lección para aquellos que estamos en los negocios es que debemos seguir realizando mejores productos. Ir en pos de la calidad es la mejor estrategia empresarial a largo plazo.
En una conferencia de fabricantes de café de especialidad hace años, uno de los oradores hizo una pregunta clave: «¿Eres Nordstrom’s (una tienda departamental de alta calidad) o Dollar Store (una tienda a precio de ganga)?». Dado que todos estábamos en el negocio del café de especialidad, la implicación era que necesitábamos hacerlo mejor. No más letreros hechos a mano o muebles desgastados. La calidad es importante para todo.
Un artículo en un boletín informativo reciente recordó a los lectores que «la manera en que hacemos cualquier cosa es la forma en que hacemos todo». Es por eso, que podemos juzgar un restaurante por lo limpio que está el piso o si es necesario pintar la puerta de entrada. Un destacado hombre de negocios dijo que cuando operaba un negocio de reparación de automóviles, se ponía un overol blanco, limpio, para cada automóvil en el que trabajaba. No quería empezar a trabajar en el coche de un cliente con ropa grasienta. Hacer lo mejor que podamos en cada área de nuestra vida debe ser tanto un hábito como un estilo de vida.
También hay un aspecto espiritual en este énfasis en la calidad. El primer libro de la Biblia relata cómo Dios creó la luz; los cielos y la tierra; agua y cielo; las estrellas; todos los seres vivos, incluidos los animales y las plantas y, en última instancia, los seres humanos. Al final de toda Su obra, dice: «Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era muy bueno en gran manera…» [Génesis 1:31 RVR]. Como alguien ha dicho: «¡Dios no hace basura!».
Es interesante que las Escrituras nos desafíen a seguir Su ejemplo. En Colosenses 3:17 se nos dice: «Y todo lo que hagan o digan, háganlo como verdaderos seguidores del Señor Jesucristo, y denle gracias a Dios el Padre por lo que Cristo ha hecho por ustedes» [NTV]. Luego, varios versículos más adelante, tal vez para reforzar el punto, nos exhorta: «Todo lo que hagas, hazlo de todo corazón, como para el Señor, no para los hombres… Es a Cristo el Señor a quien sirves» [ver Colosenses 3:23]. Si estamos sirviendo y buscando honrar a Dios, el Creador, ¿nos atrevemos a ofrecerle menos que lo mejor de nosotros?
© 2022. Jim Mathis es escritor, fotógrafo y propietario de una pequeña empresa en Overland Park, Kansas. Su último libro es El camello y la aguja, una mirada cristiana a la riqueza y el dinero. Anteriormente fue gerente de cafetería y director ejecutivo de CBMC en Kansas City, Kansas y Kansas City, Missouri.
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PREGUNTAS DE REFLEXIÓN/DISCUSIÓN
- ¿Qué piensas sobre la calidad de las cosas que se hacen hoy en día, ya sean obras de artesanía hechas a mano o productos que se fabrican, en comparación con la calidad de cosas similares de hace años? ¿A qué atribuirías la diferencia en la calidad en general?
- ¿Puedes pensar en alguna área en la que la calidad de los productos siga estando por debajo de las expectativas? Si es así, da un ejemplo. ¿Por qué crees que sea esto?
- Cuando piensas en esforzarte por alcanzar la mejor calidad posible, ¿Deberían ser la motivación principal las ventas y ganancias? ¿Por qué sí o por qué no?
- Pensando en las exhortaciones de la Biblia de “hacer todo en el nombre del Señor” y “todo lo que hagas, hazlo de todo corazón, como para el Señor, no para hombres”, ¿cómo respondes? ¿Qué significan estos mandamientos para ti? ¿Qué tiene que decir nuestra respuesta sobre la profundidad y calidad de nuestra fe?
NOTA: Si tienes una Biblia y te gustaría leer más, considera los siguientes pasajes: Proverbios 10:5, 12:24, 18:9, 21:5, 22:29; Eclesiastés 9:10; Efesios 6:7-8
Las versiones bíblicas usadas en El Maná del Lunes están indicadas por sus siglas:
- Reina Valera Revisión 1960 (RVR)
- Nueva Traducción Viviente (NTV)
- Nueva Versión Internacional (NVI)
- Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Maná del Lunes ® es una reflexión semanal de CBMC/CPEC (Comité de Profesionales y Empresarios Cristianos) – Conectando los “Negocios” del mercado y de Cristo, organismo internacional, sin fines de lucro y vínculos religiosos, fundado en 1930 con el propósito de compartir el Evangelio de Jesucristo con la comunidad profesional y empresarial.
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