Por Matt Bell 

Piensa en uno de los mayores regalos que has recibido. No estoy hablando de algo que encontraste bajo del árbol una mañana de Navidad. Piensa en algo más grande, más milagroso. Tal vez fue un momento en que estabas sin trabajo y se materializó una oportunidad que no pudiste rastrear de entre todos los currículos que enviaste. O cuando estabas enfermo y mejoraste mucho más rápido de lo que los médicos pensaron que lo harías. O cuando estabas muy preocupado por tus problemas y por una serie de circunstancias que aún no logras comprender, la situación se resolvió. ¿Cuál fue tu respuesta? ¿No estabas increíblemente agradecido? 

Nuestro pastor recientemente nos recordó uno de los hechos de sanidad más asombrosos registrados en la Biblia. Fue seguido por una respuesta igualmente sorprendente por parte de la mayoría de los que fueron sanados. Esta es la historia: 

«Mientras Jesús seguía camino a Jerusalén, llegó a la frontera entre Galilea y Samaria. Al entrar en una aldea, diez hombres con lepra se quedaron a la distancia, gritando: ¡Jesús! ¡Maestro! ¡Ten compasión de nosotros! Jesús los miró y dijo: Vayan y preséntense a los sacerdotes. Y, mientras ellos iban, quedaron limpios de la lepra.  Uno de ellos, cuando vio que estaba sano, volvió a Jesús, y exclamó: “¡Alaben a Dios!”. Y cayó al suelo, a los pies de Jesús, y le agradeció por lo que había hecho. Ese hombre era samaritano.  Jesús preguntó: “¿No sané a diez hombres? ¿Dónde están los otros nueve? ¿Ninguno volvió para darle gloria a Dios excepto este extranjero?”. Y Jesús le dijo al hombre: “Levántate y sigue tu camino. Tu fe te ha sanado”». [Lucas 17:11-19 NTV]. 

 Desglosemos un poco lo que ocurrió: 

  1. Ninguno agradeció, excepto uno. Cuando Jesús usó parábolas para expresar sus puntos, a veces la gente malinterpretó lo que quiso decir. Pero no hubo malentendidos en su pregunta sobre los otros nueve hombres. ¿Dónde estaban ellos? No hay indicios de que estuviera enojado o gritando. Sin embargo, esa simple pregunta llega más profundo que una voz levantada o un puño cerrado. Estas personas fueron sanadas. ¡No de cojera, sino de lepra! No de la gripe, sino de una enfermedad que los había dejado desfigurados, rechazados y avergonzados. Nueve de los diez no expresaron gratitud. En lugar de dar las gracias desaparecieron.
  2. Las cosas se interponen en el camino. No sé qué estaba pasando en los corazones de esos nueve hombres. Pero tengo una conjetura, basada en lo que sucede cada vez que las gracias desaparecen en mi vida. A veces es muy obvio, como cuando conduzco por la carretera en mi minivan y luego veo un automóvil que preferiría tener. También puede ser más sutil, el descontento de vivir entre otros que tienen más. En otras ocasiones, las gracias se pierden por el ajetreo o la falta de sentido de urgencia. Puedo pensar en notas de agradecimiento que he querido escribir durante meses, pero no lo he hecho. ¿Qué estoy esperando? ¿Es más importante una actualización en mis cuentas de redes sociales?
  3. Una simple palabra puede significar mucho. ¿A quién tienes que agradecer? Cuando se acerca el Día de Acción de Gracias es un momento especialmente apropiado para considerar esa pregunta, sin embargo, siempre lo es. ¿Hay algún maestro que haya marcado una diferencia en tu vida? Mis padres eran maestros, así que sé cuánto significaría un sincero «gracias» de parte de un exalumno. ¿Quién más? ¿Quién te ayudó a llegar a dónde estás, quizás hace años? ¿Quién hace tu vida mejor tan solo por estar en ella? ¿Le has dado las gracias a estas personas? ¿Has dado gracias a Dios por los maravillosos regalos que son para ti?

El Día de Acción de Gracias es un día especial designado para recordar todo aquello por lo que nos sentimos agradecidos, pero ¿por qué deberíamos limitar nuestro agradecimiento a un solo día? En Su Palabra, Dios nos dice: «Den gracias a Dios en todo…» [1 Tesalonicenses 5:18 RVC]. Esta «actitud de gratitud» debe estar presente en nosotros todos los días. 

PREGUNTAS DE REFLEXIÓN/DISCUSIÓN  

  1. Matt Bell pregunta sobre regalos especiales, incluso milagrosos, que hemos recibido en nuestras vidas. ¿Qué regalos puedes pensar que hayan sido milagrosos en tu vida?

  

  1. En la historia de Jesucristo nos narra que sana a 10 leprosos, pero que solo uno regresa para expresar gracias es poderosa. ¿Cuál es tu reacción a esta historia? ¿Cómo crees que hubieras respondido?

  

  1. ¿Puedes pensar en personas, pasadas o presentes, que merecen tu agradecimiento, pero por alguna razón aún no has expresado agradecimiento por lo que han hecho por ti? Si es así, ¿quiénes podrían ser y cómo puede corregir el «gracias ausente»?

  

  1. En última instancia, un día de acción de gracias es un recordatorio para considerar todo lo que Dios ha hecho por nosotros. ¿Cuáles son algunas cosas que te han dado o hecho en tu vida por lo que puedes estar especialmente agradecido?

  

NOTA:Si tienes una Biblia y te gustaría leer más, considera los siguientes pasajes: 

 Salmo 69:30-33, 95:1-2, 100:4-5, 105:19-22; Filipenses 4:6-7; 1 Timoteo 4:4-5