por Rick Boxx
Mi esposa Kathy, tiene la costumbre de ir con las personas uniformadas, ya sean militares o policías, y les agradece su servicio al país. Últimamente ha comenzado a hacer lo mismo con los camareros y camareras. He notado que muchos empleados de restaurantes parecen sentirse abrumados, lo que da como resultado más oportunidades para que Kathy utilice su don para animarlos.
Después de agradecerles por su servicio, Kathy generalmente encuentra algo más en ellos como para elogiar y alentarlos. Para cuando nos vamos, Kathy tiene un nuevo amigo, y su nuevo amigo se ha sentido animado y lleno de alegría.
¿Alguna vez has hecho algo así? ¿O has recibido la bondad de otra persona verbalizada de manera similar? ¿Te imaginas lo que podría pasar si empresas y organizaciones de todo el mundo adoptaran y alentaran esta filosofía de tratar de apoyar verbalmente a las personas, que se convirtiera en la regla y no en la excepción?
El mercado contemporáneo está repleto de lugares de trabajo con una gran escasez de personal; los trabajadores allí sienten constantemente altos niveles de estrés. El desánimo, la frustración, la ira y la ansiedad son las emociones más comunes en muchos entornos laborales. Lamentablemente, la filosofía predominante parece ser: «Si no puedes decir algo bueno, no digas nada en absoluto».
Pero esto no tiene por qué ser el caso donde trabajamos. Hoy sería un buen día para que cada uno de nosotros tomara la iniciativa de transmitir algunas palabras agradables y de aliento a los demás. Es posible que no podamos cambiar el entorno del mercado en general, pero podemos marcar la diferencia donde trabajamos y pasamos muchas de nuestras horas de vigilia. Aquí hay algunas cosas que dice el libro de Proverbios del Antiguo Testamento sobre el asombroso poder de las palabras agradables:
- El dolor que muchas personas están experimentando no es solo físico. Desde el exterior, muchas personas parecen estar bien. Cuando se les pregunta: «¿Cómo estás?», responderán: «Estoy bien». Pero frecuentemente, en lo más profundo de su ser, cargan con un profundo dolor y alimentan heridas emocionales considerables. «El corazón alegre es una buena medicina, pero el espíritu quebrantado consume las fuerzas» [Proverbios 17:22 NTV].
- Las palabras amables pueden tener un valor casi medicinal. Lo que decimos a veces puede hacer un bien mayor del que podríamos imaginar. «La angustia causa tristeza; pero una palabra amable trae alegría» [Proverbios 12:25 TLA]). «Panal de miel son las palabras amables: endulzan la vida y dan salud al cuerpo» [Proverbios 16:24 NVI].
- La comida nos nutre físicamente; palabras de aliento nos nutren emocionalmente. Quizás más que nunca, las personas en el trabajo están hambrientas de afirmación, aliento y comprensión genuina. «Las palabras del justo son como la plata refinada; el corazón del necio no vale nada. Las palabras del justo animan a muchos, pero a los necios los destruye su falta de sentido común» [Proverbios 10:20-21 NTV].
- Nuestras palabras pueden ser tan valiosas como nuestro trabajo. En el trabajo, normalmente se nos evalúa en función de la calidad visible y tangible de la labor que realizamos. Pero el impacto de las palabras que expresamos unos a otros puede ser de valor e importancia inconmensurables. «Las palabras sabias producen muchos beneficios, y el arduo trabajo trae recompensas» [Proverbios 12:14 NTV].
PREGUNTAS PARA REFLEXIÓN / DISCUSIÓN
- ¿Puedes pensar en un momento en que las palabras amables de alguien sirvieron para levantarte el ánimo cuando estaban en un punto particularmente bajo? ¿Como fue esa experiencia para ti?
- ¿Alguna vez ha tratado de ofrecer palabras de aliento a otra persona de forma espontánea? ¿Qué tan fácil, o difícil, es para ti hacerlo? ¿Por qué crees que lo es?
- ¿Qué diferencia crees que habría si en nuestros trabajos y organizaciones se esforzaran genuinamente por brindar un ambiente más positivo, usando palabras que sean afirmativas y alentadoras, a la vez que llenas de sinceridad? ¿Qué pasa con el lugar donde trabajas en particular?
- ¿Cómo podrías tratar de dar el ejemplo de pronunciar palabras que afirmen y animen a las personas, ya sea en el trabajo, en un restaurante o en algún otro lugar en el transcurso de un día normal? ¿Puedes pensar en una persona específica que podría beneficiarse de tal estímulo?
NOTA: Si tienes una Biblia y te gustaría leer más, considera los siguientes pasajes:
Proverbios 10:32, 12:18, 15:1,4, 16:21, 17:27, 18:20, 20:15, 22:11