Por Robert J. Tamasy

Mis «habilidades» culinarias son extremadamente limitadas.Puedo «cocinar»un perrito caliente, abro una latade sopa y la caliento, y puedo freír o revolver un huevo. Sin embargo, tengo la suerte de tener una esposa cuyashabilidades en la cocina son mucho mayores de lo que le gusta admitir. Entonces, no me faltanexcelentesplatillospara comer.

Aunque no cocino, aprecio el valor de las recetas. Los ingredientes correctos mezclados en las cantidadesadecuadas son importantes. Si faltan ingredientes, incluso el chef más célebre no puede compensar lo que falta.Es muy similar en los negocios. Una empresa exitosa es en gran parte el producto de la«receta»correcta, contodos los ingredientes necesarios mezclados en proporciones adecuadas.

Si tuvieras que escribir la«receta»que tu organización ha estado usando, ¿cuál sería? Para la mayoría de lasempresas, los ingredientes incluirían personas, planes, proyecciones, preparativos, productividad y ganancias.Sin embargo, he observado que, en muchos casos, se omite un ingrediente crítico: Oración.

Hace más de 40 años, me uní al personal de CBMC como editor y luego como director de publicaciones. Una demis responsabilidades más agradables y esclarecedoras fue entrevistar y escribir artículos sobre líderesempresariales y profesionales dedicados a vivir su fe en el lugar de trabajo. Todos eran individuos únicos queservían en una amplia gama de actividades vocacionales. Pero en su búsqueda del éxito, compartían unamismapráctica: oraban.

La mayoría de ellos no oraron por el éxitotangible o la victoria sobre sus competidores. Oraron por sabiduría yorientación sobre cómo construir sus negocios. Oraron por sus empleados. Ellos oraron para que Dios proveyerasoluciones a los problemas que encontraron. Sobre todo, oraron para que ellos y sus compañías sirvieran comobuenos testigos de Dios en sus comunidades (verHechos 1:8), así como embajadores efectivos de Jesucristocon quienes se encontraran cada día (ver2 Corintios 5:20).

Aquí hay solo una muestra de lo que la Biblia enseña acerca de la oración como parte de la«receta»paranuestra vida diaria:

  1. La oración esuna actividadcontinua, no ocasional.Podemos reservar momentos específicos para laoración y la meditación concentradas, pero orar es algo que podemos hacer cada minuto de cada día,independientemente del entorno.«Orad sin cesar» [1 Tesalonicenses 5:17].
  2. Podemos orar por cualquier cosa y por todo.No hay límites sobre lo que podemos orar o cómo debemosorar. Podemos expresar libremente nuestras necesidades, preocupaciones e incluso temores a Dios,independientemente de las circunstancias involucradas. «Nose preocupen por nada; en cambio, oren por todo.Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho» [Filipenses 4:6].
  3. Dios promete contestar las oraciones de sus hijos. Jesús enseñó que un subproducto directo de unarelación personal con Él era orar por cualquier cosa que necesitáramos, de acuerdo con Su voluntad, y quepudiéramos tener la seguridad de que nuestras oraciones serían respondidas.«Pero, si ustedes permanecen enmí y mis palabras permanecen en ustedes, pueden pedirlo que quieran, ¡y les será concedido!» [Juan 15:7]

PREGUNTAS PARA REFLEXIÓN / DISCUSIÓN

  1. ¿Qué piensas sobre la idea de orar por tu trabajo o tu empresa? ¿Alguna vez has creído que orar por talescosases innecesario o algo fuera de lugar? Explica tu respuesta.
  2. ¿A quién conocesque sirva de ejemplo de lo que significa orar por sutrabajo, por su negocio y las diversassituaciones, incluso las inesperadas, que se presentan durante un día típico?
  3. Cuando las Escrituras enseñan que debemos«orar sin cesar»u«orar continuamente», ¿qué crees quesignifica? ¿Podemos orar sin adoptar una postura particular o estar en un lugar designado, e incluso cuandootras personas no tienen idea de que estamos orando?
  4. ¿Cómo podrías hacer que la oración sea una parte más central dela«receta»de cómo vives y te comportasa lo largo del día,ya sea en el trabajo, en casa o en tu comunidad?

NOTA: Si tienes una Biblia y te gustaría leer más, considera los siguientes pasajes:1 Samuel 12:23; Salmo 55:1; Juan 15:16; Efesios 6:18; 1 Timoteo 2:1-2,8; Santiago 5:16