Por Rick Boxx
El Dr. Richard Blackaby comentó con un grupo de líderes empresariales y profesionales en Iowa sobre un momento en que su padre, Henry, fue invitado a hablar ante un grupo de directores ejecutivos de Fortune 500. Fue sorprendente para él ver una reunión de ejecutivos corporativos de tan alto rango en un solo lugar, especialmente considerando el alcance de su poder e influencia.
Conocido por su libro Mi Experiencia con Dios y por sus estudios bíblicos, el Dr. Blackaby (padre) fue directo al desafiar a estas personas. Les habló como para que cada uno de ellos programe y planifique intencionalmente lo que llamó un: «tiempo sin prisas con Dios», tanto en términos de estudio bíblico como de oración.
Ya te podrás imaginar a cuántos de ellos les entusiasmó realmente la idea. Un director ejecutivo, después de escuchar la propuesta, dijo: «Henry, no es muy probable que hagamos eso. Tú, no tienes idea de lo ocupados que estamos». El Dr. Blackaby respondió: «Bueno, creo que más bien, tú no tienes idea de con quién te estarías reuniendo. Si la tuvieras, te darías el tiempo para hacerlo».
Tres meses después, el mismo director ejecutivo se comunicó con el Dr. Blackaby sobre el desafío. Dijo que después de decidir pasar tiempo sin prisas con Dios diariamente, ¡descubrió que sus días eran mucho más fructíferos que nunca!
Este ejecutivo no fue la primera persona en aprender acerca de los beneficios positivos, incluso tangibles, de dedicar tiempo constante a Dios para estudiar las Escrituras y orar. El famoso teólogo Martín Lutero, un hombre que se enfrentó a muchas exigencias, dijo: «Cuanto menos oro, más difícil se vuelve; cuanto más oro, mejor me va». En otra ocasión, Lutero hizo esta honesta pero paradójica observación: «Si no paso dos horas en oración cada mañana, el diablo obtiene la victoria durante todo el día. ¡Tengo tantos asuntos que no los podré resolver sin pasar tres horas diarias en oración!».
El Salmo 138:4 declara: «Todos los reyes del mundo te darán gracias, Señor, porque cada uno de ellos escuchará tus palabras» [NTV]. Dios es digno de nuestro tiempo sincero y sin prisas, sin importar cuál sea nuestro estado en el trabajo. Además, hay beneficios prácticos que podemos obtener de esto. Éstos son sólo algunos de ellos:
- Podemos obtener una perspectiva adecuada. Ante muchas presiones, plazos y exigencias, junto con mensajes contradictorios provenientes de nuestra cultura, es fácil perder el foco en lo que es correcto y apropiado. Pasar tiempo sin prisas con Dios, especialmente al comienzo del día, nos recuerda lo que es importante y a quién nos esforzamos por servir a través de nuestro trabajo. «Mi corazón te ha oído decir: “Ven y conversa conmigo”. Y mi corazón responde: “Aquí vengo, Señor”» [Salmo 27:8 NTV].
- Podemos adquirir la sabiduría que necesitamos. Muchos de los problemas que enfrentamos durante el transcurso del día, especialmente aquellos que no anticipamos, requieren no solo conocimiento sino también sabiduría para manejarlos adecuadamente. Podemos obtener de Dios lo que necesitamos. «Porque el Señor da la sabiduría; conocimiento e inteligencia brotan de sus labios» [Proverbios 2:6 NVI].
- Podemos apropiarnos de la fuerza de Dios. Es fácil empezar el día con nuestras propias fuerzas, confiando en que podemos manejar cualquier situación. Sin embargo, muchas veces no podemos. Pero al pasar tiempo con Dios, podemos recibir Su fuerza y dirección. «Todo lo puedo en Jesucristo que me fortalece» [Filipenses 4:13 RVR].
PREGUNTAS DE REFLEXIÓN/DISCUSIÓN
- ¿Cómo responderías si alguien se te acercara y te preguntara si pasas regularmente “tiempo sin prisas con Dios”? ¿Qué significa esto para tí y qué tan fácil (o difícil) crees que es lograrlo de manera consistente?
- ¿Qué piensas de las dos declaraciones de Martín Lutero que indican que cuanto más y más orara, mejor sería cada día para él? ¿Parece una tontería decir que, ante grandes exigencias, la necesidad de pasar tiempo con Dios es aún mayor? Explica tu respuesta.
- Al pensar en decidir pasar tiempo sin prisas con Dios, ¿cuáles son algunos de los desafíos o dificultades que has encontrado al intentar hacerlo?
- ¿De qué manera crees que pasar tiempo sin prisas con Dios puede darnos una mejor perspectiva de las oportunidades y obstáculos que enfrentamos durante un día típico en el lugar de trabajo?
NOTA: Si tienes una Biblia y te gustaría leer más, considera los siguientes pasajes:
Proverbios 1:7, 3:13-15, 12:8, 16:21; Colosenses 3:17,23; 1 Tesalonicenses 5:16-18
DESAFÍO: De poco valen las buenas intenciones si no les damos seguimiento y nos esforzamos por ponerlas en práctica. A veces, la mejor manera de garantizar el cumplimiento de lo que nos proponemos como pasar tiempo sin prisas con Dios, es tener un socio responsable. Se trata de alguien en quien confías y que sabes que se preocupa por ti, que te recordará y te animará a cumplir tus buenas intenciones. ¿Tiene ahora mismo una persona a la que puedas acudir y en quien puedas confiar para que se haga responsable? Si es así, comparte este deseo con esa persona. Si no, ora expectantemente y pídele a Dios que envíe a alguien para que te ayude en un rol de rendición de cuentas.